sábado, 16 de abril de 2011

Estadoterrorobediencia

El Estado tiene un lenguaje,  el Derecho. Y el Derecho no existe sin la amenaza. Las amenazas mantienen obediencia. El terror ("prevención general" para los penalistas) creado por el Estado es de crítica utilidad, porque sin él pierde eficacia. Si el Derecho pierde su eficacia el Estado queda sometido a una convivencia social libre, en términos normativojurídicos. Se verifica la flotante idea de los contractualistas; aquella terrorífica situación en que "el hombre es el lobo del hombre". 

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