domingo, 24 de abril de 2011





Las normas de esta sociedad republicana, oligárquica, milica y ahora ya del todo capitalista contienen moral. La moral es inyectada en cada individuo obediente. Las normas regulan hechos, personas, situaciones o pensamientos. El sujeto que no se involucra con los hechos, personas, situaciones o pensamientos entrega su calidad de persona al orden normativo, para que este maneje su comportamiento. 

Por ejemplo;  Rodrigo mata a Natalia ¿qué observa Rodrigo sin obediencia normativa? Observa que ha matado a alguien ¿qué observa, en cambio, en cuanto a sujeto obediente? Observa que es un homicida, un delincuente; alguien a quien el sistema buscará para enjuiciar su conducta y, en consecuencia, aplicar la prescripción normativa para ese caso; encierro.

De la primera observación cabe destacar que Rodrigo constata el hecho. De la segunda, más allá, constata el hecho en cuanto a su vinculación con la normativa que lo regula. 

¿Qué se busca regulando así, con el histórico Derecho Penal, la situación en que un ser humano mata a otro? ¿Hasta cuando la obediencia será capaz de engendrar tanta estupidez al punto de convencer a muchos de que esta situación, la muerte como homicidio, busca proteger la vida? Porque, evidentemente, dicha propuesta es imposible... no existe tal protección. La piedra que machaca mi cabeza destruye, además, la noción jurídica de "integridad física". El pene que ingresa a la vagina (ano o boca, siguiendo la nomenclatura jurídica) anula a toda vista la "autodeterminación sexual" ¿Alguien ve la protección jurídica? ¿alguien entiende a los derechos aquí vulnerados como un mecanismo de efectiva convivencia social en la cual aquello que nos preocupa está efectivamente resguardado? 

Los ejemplos no solo son nítidos en esferas "privadas" como las mencionadas. ¿Con un presidente de la República (Gobernante y administrador del Estado, según la Constitución) alojando en un palacio presidencial lleno de jardines, su elector, en su miserable vivienda de comuna pobre, participa de "la cosa pública"?

¿Dónde quedó la moral? Quedó dentro del obediente. Queda dentro de la persona que opina que matar es malo porque es un homicidio sin siquiera entender primero que un homicidio es un homicidio porque significa matar. Queda dentro de quien piensa que una relación sexual contra la voluntad de uno de los partícipes es "mala" porque es violar, sin advertir que violar es violar porque no hay consentimiento en el acto sexual. Queda, finalmente, dentro de quien opina que el presidente debe estar cómodo en el palacio porque es el presidente sin advertir de que porque es el presidente está cómodo en el palacio.

El reproche moral a la muerte de un ser humano es algo relativo. Muchos de los que han llorado a sus muertos están dispuestos a matar a sus asesinos. Muchos de los que han enjuiciado a violadores han violado a los mismos asumiendo dicha conducta como la más enérgica venganza. Muchos de los que han justificado la comodidad de los palacios presidenciales en atención "al cargo" han envidiado (con razón), desde la humedad de su hogar, a sus compatriotas del sector oriente, albergados en palacios.

¿Por qué prohibirnos matar a alguien invocando solo la norma que contiene dicha prohibición? Mejor olvidarse del homicidio y recordar de que por la vida de muy pocos la de muchos se destruye. ¿Por qué seguir asumiendo el morboso lujo del que goza un administrador público mientras sus electores viven en hogares miserables?

Finalmente, será deber de cada uno entender que lo sexual es solo un aspecto de la autodeterminación. Autodeterminación que, más que protección, requiere de ejercicio. El sistema ya nos viola. Nos nos pregunta y de todas manera funciona... nos penetra a través de sus normas. 

Y dominará a través de su despliegue... mientras se siga obedeciendo.

domingo, 17 de abril de 2011

De dos hombres que han cometido el mismo robo, ¿hasta que punto aquel que tenía lo necesario es menos culpable que el que nadaba en la abundancia? Entre dos perjuros, ¿hasta que punto aquel en quien se procuró desde la infancia imprimir unos sentimientos de honor, es más criminal que el otro, que abandonado a su naturaleza no recibió jamás educación alguna?


Michel Foucault


En la foto: Culpable

sábado, 16 de abril de 2011

Estado ilegítimo

La legitimidad de cada norma se verifica con la norma que permite su génesis. La resolución emanada de un tribunal es norma jurídica porque el juez la dicta dentro de la esfera de sus atribuciones. Esta esfera la construye una ley, orgánica. Y la facultad creadora de cada ley está establecida en la Constitución. Esta norma, superior, jerárquicamente manda, prohibe, persigue... crea. Es el la base de la organización política de esta difusa, poco cierta e impuesta sociedad llamada Chile. Es el primer piso de este policial edificio llamado Estado. Es el fundamento actual de la República. Este "código político", en su redacción, contiene la idea de sociedad de ya sabemos quién.

Ahora, volviendo al examen de legitimidad... ¿qué norma se examina para verificar la legitimad de la primera norma? ¿por qué esta Constitución Política de la República se tiene por legítima?  La legitimidad de una constitución no puede ser sino material. Y los hechos materiales que constituyen su génesis son los que hoy, luego de décadas, siguen golpeando con fuerza normativa superior. Estos hechos, el terrorismo estatal de la dictadura, continua imponiéndose sobre la comunidad que aun regula, sin recibir respuesta alguna. Inmunes, vigentes, olvidados.

La primera respuesta es, por lo tanto, la desobediencia.

Estadoterrorobediencia

El Estado tiene un lenguaje,  el Derecho. Y el Derecho no existe sin la amenaza. Las amenazas mantienen obediencia. El terror ("prevención general" para los penalistas) creado por el Estado es de crítica utilidad, porque sin él pierde eficacia. Si el Derecho pierde su eficacia el Estado queda sometido a una convivencia social libre, en términos normativojurídicos. Se verifica la flotante idea de los contractualistas; aquella terrorífica situación en que "el hombre es el lobo del hombre".